4 Consejos para elegir tu frigorífico
El frigorífico es uno de los electrodomésticos más importantes de una casa.
Es el único electrodoméstico que está conectado durante todo el año, por lo que su duración y ahorro a lo largo de su vida útil son dos factores fundamentales a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de compra. Un punto clave en la elección es medir el espacio del que dispones en tu cocina para el nuevo frigorífico, pues esas medidas delimitará un poco la búsqueda.
1º – Evalúa cuál es el tipo de frigorífico más adecuado a tus necesidades.
El tipo de frigorífico es fundamental, especialmente debido a que el espacio disponible en la cocina para su instalación reducirá las opciones entre las que poder elegir, a no ser que cuentes con un gran espacio. El lugar que ocupa la zona de congelación, si es que necesitamos un frigorífico con esta función, también influye, pues existen frigoríficos combinados, en los que el congelador se sitúa en la parte inferior, de dos puertas, en los que está en la parte superior, y americanos, con cada área a un lado. Estos tres tipos de frigoríficos tienen distinto tamaño y, por lo tanto, no ocupan el mismo espacio en la cocina.
2º – Ten en cuenta la eficiencia energética.
La eficiencia energética es un factor muy importante a tener en cuenta en la compra de un frigorífico. La utilización permanente que requiere este electrodoméstico puede influir a grandes rasgos en la factura eléctrica en el caso de elegir un frigorífico sin tener en cuenta su eficiencia. Pero, ¿qué es la eficiencia energética? Se trata de la optimización del uso de la energía necesaria para que el frigorífico cumpla su función (refrigerar y congelar), con el mínimo consumo de energía eléctrica posible. La eficiencia se mide en una escala en la que A+++ representa el valor más eficiente y D el menos eficiente. La rápida evolución en este campo ha llevado a que los fabricantes apuesten, sobre todo, en equipos más eficientes, siendo ya difícil encontrar frigoríficos de eficiencia inferior a B.
3º – Elige la capacidad adecuada al tamaño de tu familia.
La capacidad de un frigorífico se mide a través de la cantidad (en litros) que este puede albergar. La capacidad neta total es la que debe tenerse en cuenta, pues ésta ya representa la cantidad total de litros que soporta el frigorífico eliminando los volúmenes del interior que constituyen elementos como las bandejas o cajones, entre otros. Es importante considerar individualmente la capacidad de refrigeración y la de congelación en función de la cantidad de miembros de la familia y la utilización que hacen de cada una de las partes o bien según la cantidad de productos alimentarios que adquiera cada familia, pues el espacio de almacenamiento necesario varía en función del tamaño de la compra media realizada.
4º – ¿Qué sistema de frío prefieres?
El sistema de producción de frío es también relevante a la hora de elegir un frigorífico, tanto en la zona de refrigeración como en la de congelación. Hoy en día la oferta es diversificada, por lo que deberás tener en cuenta factores como la rapidez de recuperación de la temperatura (tras la apertura del frigorífico), la formación de hielo o si estás dispuesto a tener que efectuar descongelaciones durante el año, factores que dependen directamente de la frecuencia con la que se accede al frigorífico.